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Detección de pérdida desconocida en tiendas mediante visión artificial

Cómo la visión artificial impulsa la seguridad en el comercio minorista

Prevención proactiva frente a robos y errores en tienda

¿Tienes claro cuánto dinero pierde tu negocio cada día sin que quede registrado en ninguna parte? La “pérdida desconocida”, o aquella pérdida de inventario sin una causa aparente, es uno de los grandes problemas del comercio minorista, y que puede acabar reduciendo de forma constante la rentabilidad de cualquier tienda. Este artículo irá destinado a explicar, con datos claros, por qué este fenómeno es tan grave, cuáles son sus principales causas y, sobre todo, cómo la visión artificial se ha convertido en una herramienta decisiva para enfrentarlo.

El impacto real de la pérdida desconocida en España

En España, el comercio minorista pierde cada año más de 1800 millones de euros por culpa de la pérdida desconocida. Esa cifra representa el 0,74% de la facturación total del sector, que aunque parece pequeño a priori, si tenemos en cuenta lo ajustados que suelen ser los márgenes de beneficio en retail, la diferencia es enorme.

Entre las causas del problema, vemos que hay varios orígenes. Por un lado, el 57% de las pérdidas corresponde al hurto externo, cometido por clientes o personas ajenas al negocio. Otro 23% proviene de errores administrativos, tales como inventarios mal realizados, etiquetados incorrectos o fallos de registro. El último 15% corresponde a hurto interno, es decir, robos cometidos por empleados.

En los casos más extremos de robos planificados, además de afectar al balance económico del negocio, se pone en riesgo la seguridad del personal de las tiendas, siendo más de la mitad de los comercios los que indican que han detectado un aumento de la agresividad verbal o física hacia los empleados en acontecimientos como estos. En esta situación, incluso las medidas pensadas para optimizar la experiencia del cliente se han convertido en un foco de riesgo. Las cajas de autopago, por ejemplo, las cuales son cada vez más comunes, concentran una parte importante de estos robos.

Los límites de la vigilancia convencional

Durante décadas, el comercio minorista ha invertido en sistemas de seguridad con la expectativa de reducir las pérdidas. No obstante, muchas de estas soluciones ya no resultan suficientes.

Los arcos antihurto, por ejemplo, actúan de forma reactiva en la propia situación. Estos equipos emiten una alarma cuando un artículo con etiqueta activa intenta salir por la puerta, pero en este momento el robo ya está en marcha. Los delincuentes organizados conocen de sobra estas tecnologías, suelen emplear varias técnicas en su intento de burlarlas, como el uso de bolsas apantalladas o la manipulación previa de etiquetas.

Aunque no de manera tan drástica, también ocurre algo parecido con los sistemas de videovigilancia tradicionales. Por lo general, estos sistemas utilizan un circuito cerrado de televisión, el cual depende de que una persona supervise varias pantallas a la vez. En locales pequeños, es probable que no haya problema, pero en otros más grandes, la situación se complica. Además, siendo honestos, ninguna persona puede mantener un nivel de concentración tan alto durante horas, derivando en que muchos incidentes pasen desapercibidos. En la práctica, las cámaras sirven para revisar lo que ha ocurrido después, no para prevenirlo.

Esta es la situación que sufren muchas empresas: se invierten grandes sumas en seguridad, pero las pérdidas siguen creciendo. El problema, más que de presupuesto, es de enfoque.

Detección de riesgo y prevención de robos

La visión artificial, sustentada por Inteligencia Artificial, dota a las máquinas la capacidad de analizar lo que ocurre en tiempo real. Estos sistemas, en lugar de basarse en reconocimiento facial, analizan gestos y patrones de comportamiento, permitiendo identificar acciones sospechosas mientras que se respeta la privacidad de los clientes.

Pongamos como ejemplo un caso habitual: un cliente oculta un producto en el bolso o en el carrito sin intención de pagarlo. En esta situación, el sistema lo detecta y envía una alerta inmediata a algún dispositivo del personal de la tienda. De esta forma, los empleados pueden intervenir antes de que el producto salga del establecimiento.

En el caso anterior de las cajas de autopago, la visión artificial puede detectar si un determinado artículo no se ha escaneado, o si se intenta pagar un producto caro utilizando el código de barras de uno más barato. Además, también es útil para reconocer patrones como los “barridos de estantería” que suelen hacer las bandas organizadas, avisando al personal de un riesgo mayor.

Como resultado, la vigilancia se convierte en un proceso automatizado, constante y mucho más efectivo que cualquier esfuerzo aislado que podamos llevar a cabo.

Impulsando la eficiencia y la experiencia del cliente

Son muchas las empresas que ya han adoptado esta tecnología y que informan de reducciones en la “pérdida desconocida” de hasta un 60%. Lo más interesante es que adoptar esta práctica no exige sustituir la infraestructura existente en el negocio, ya que puede integrarse fácilmente en los sistemas de grabación ya instalados.

Otro aspecto fundamental es la repercusión sobre los empleados, que gracias a la visión artificial, pueden centrarse en atender a los clientes, vender y mejorar la experiencia de compra del local. Lejos de reemplazar a los trabajadores, la Inteligencia Artificial les proporciona herramientas para reaccionar con rapidez y seguridad.

Nunca debemos infravalorar la posibilidad de sufrir un robo. Al intervenir antes de que este se materialice, se evitan enfrentamientos directos o situaciones violentas, contribuyendo a que el equipo se sienta más protegido.

La “pérdida desconocida” no tiene por qué asumirse como un coste inevitable. Hemos visto como la visión artificial, además de ayudar a reducir este tipo de pérdidas, también protege a los empleados, mejora la seguridad de los clientes y asegura la competitividad del negocio en el sector. El futuro del retail exige adaptarse, y la visión artificial es una de las soluciones más sólidas para comenzar a afrontar este desafío desde hoy mismo.


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